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Ejemplos de tipicidad
Si podemos sacar conclusiones precisas sobre una población a partir de una muestra, hablamos de representatividad. En un sentido más estricto, una muestra es representativa si todos los elementos de una población tienen la misma oportunidad de formar parte de la muestra (véase también selectividad). Para realizar un análisis exhaustivo, también hay que prestar atención al margen de error y al nivel de confianza de una investigación. Ambos valores pueden mejorarse aumentando el tamaño de la muestra. En general, el término representatividad suele utilizarse para indicar que una muestra refleja a una población, reflejando todas las propiedades esenciales de la población de forma correcta. En un sentido más estricto, ya que esto nunca puede verificarse por completo, el uso de la palabra representatividad no es cierto.
¿Es la tipicidad una palabra
En derecho penal, el principio de tipicidad, también definido como prohibición de la analogía, indica el hecho de que la ley penal se aplica sólo a los hechos reales que se relacionan efectivamente con el caso abstracto, sin recurrir al principio de analogía[2].
El principio de tipicidad establece que para cada delito se deben definir los elementos esenciales que conformarán el caso abstracto; y en consecuencia el valor negativo necesario para identificar, a través del principio de proporcionalidad, la pena adecuada[3].
En el derecho mercantil, el principio de tipicidad indica el hecho de que los derechos reales están predeterminados por la ley en un determinado número de figuras, por esta razón denominadas típicas, que no pueden ser aumentadas en base a la voluntad de los particulares[4].
En derecho administrativo, el principio de tipicidad indica el hecho de que los actos administrativos deben considerarse un numerus clausus (número cerrado) y precisamente por ello se identifican sólo con los previstos por la ley por el sistema administrativo italiano[5].
Definición de tipicidad
Las estructuras lógicas de (1) y (2) son idénticas y constan de tres elementos: una expresión recíproca (entre sí), un conjunto antecedente de cardinalidad dos o más (Juan, Bill y Jorge), y un concepto verbal (saber/morder). Esta estructura proporciona a los hablantes una forma concisa de describir situaciones complejas. Por ejemplo, la frase (1) describe naturalmente una situación con seis relaciones de conocimiento:1 Juan conoce a Bill, Bill conoce a Juan, Juan conoce a Jorge, Jorge conoce a Juan, Bill conoce a Jorge y Jorge conoce a Bill. En adelante, denominaremos situación S6 a cualquier situación que demuestre esta mutualidad completa entre tres agentes. Mientras que la situación S6 es destacada para la frase (1), no lo es para la frase (2): al oír la frase (2), pensamos primero en una situación con sólo tres relaciones, en la que cada hombre muerde sólo a otro hombre. Nos referimos a tales situaciones como situaciones S3.
Desde los primeros trabajos de Langendoen (1978), muchos estudios sobre las recíprocas en la semántica formal han presentado pruebas convincentes de que las oraciones recíprocas como (1) y (2) describen situaciones diferentes. Algunos de estos trabajos se centran en la forma de derivar significados para oraciones recíprocas con diferentes estructuras sintácticas (por ejemplo, Heim, Lasnik y May 1991; Beck 2001). Otros trabajos se centran en el uso de información contextual y léxica para seleccionar entre diferentes significados para oraciones recíprocas como en (1) y (2) (Dalrymple et al. 1998; Sabato & Winter 2012; Mari 2013).2 Este trabajo desarrolla la segunda línea estudiando experimentalmente el papel de la información léxica en la semántica formal de las recíprocas.
Pronunciación de tipicidad
La capacidad de categorizar la información sobre el mundo es el núcleo de la adquisición de conocimientos y la acumulación de experiencia del ser humano. Las categorías son grupos de elementos distintos, abstractos o concretos, que el sistema cognitivo trata como equivalentes para algún propósito. Mantener y utilizar las categorías implica representaciones mentales que codifican aspectos clave de los miembros de la categoría (Murphy y Medin, 1985).
La tipicidad es una de las propiedades más sólidas de una categoría, que refleja su estructura graduada. No todos los miembros de una categoría se consideran un ejemplar igual de bueno, sino que los elementos se sitúan en un espectro de bondad de la categoría (Rosch y Mervis, 1975). Algunos elementos se juzgan como miembros típicos, mientras que otros se juzgan como miembros atípicos. Por ejemplo, un petirrojo se considera más a menudo un miembro típico de la categoría pájaro que un pollo. A menudo se piensa que el gradiente de tipicidad refleja la estructura interna de pertenencia de un concepto; es decir, una característica de un concepto, independiente de otros conceptos. Del mismo modo, en las tareas de verificación de categorías, los participantes pueden verificar los elementos típicos como miembros de una categoría con mayor rapidez y precisión que los atípicos (Fujihara et al., 1998).