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Qué es el yo
La autoimagen es la imagen mental, generalmente de un tipo bastante resistente al cambio, que representa no sólo los detalles que están potencialmente disponibles para una investigación objetiva por parte de los demás (altura, peso, color de pelo, etc.), sino también los elementos que han sido aprendidos por las personas sobre sí mismas, ya sea a partir de experiencias personales o interiorizando los juicios de los demás.
Un término más técnico para referirse a la imagen de uno mismo que suelen utilizar los psicólogos sociales y cognitivos es el de autoesquema. Como cualquier esquema, los autoesquemas almacenan información e influyen en nuestra forma de pensar y recordar. Por ejemplo, las investigaciones indican que la información que se refiere al yo se codifica y se recuerda preferentemente en las pruebas de memoria, un fenómeno conocido como “codificación autorreferencial”[1] Los autoesquemas también se consideran los rasgos que las personas utilizan para definirse a sí mismas, ya que reúnen información sobre el yo en un esquema coherente[2][3].
Una mala imagen de sí mismo puede ser el resultado de las críticas acumuladas que la persona recogió de niño y que le han llevado a dañar su propia visión de sí mismo. Los niños, en particular, son vulnerables a aceptar los juicios negativos de las figuras de autoridad porque aún no han desarrollado la competencia para evaluar esos informes. Además, los adolescentes son muy propensos a sufrir problemas de imagen corporal. Las personas que ya muestran un bajo sentido de la autoestima pueden ser vulnerables a desarrollar trastornos sociales.
Prácticas de autoestima
¿Alguna vez has deseado poder cambiar algo de tu cuerpo? Si es así, no estás solo. Mucha gente se siente descontenta con alguna parte de su aspecto. Pero cuando te quedas atascado en lo que no te gusta, eso puede acabar con tu autoestima.
¿Pero qué pasa si necesito estar en mejor forma? Algunas personas piensan: “Cuando esté en mejor forma, me gustará mi cuerpo”. Pero es mejor empezar por el otro lado. Primero, acepta tu cuerpo. Encuentra cosas que te gusten de él. Cuida bien tu cuerpo. Cuando te gusta tu cuerpo, es más fácil tratarlo bien.
A veces, los problemas de imagen corporal o de autoestima son demasiado para manejarlos solos. Los problemas de salud, la depresión o los traumas pueden afectar a lo que sientes por ti mismo. Los trastornos alimentarios pueden provocar una imagen corporal que no es verdadera.
Autoestima psicología positiva
Tener una autoestima sana puede influir en su motivación, su bienestar mental y su calidad de vida en general. Sin embargo, tener una autoestima demasiado alta o demasiado baja puede ser problemático. Comprender mejor cuál es su nivel de autoestima puede ayudarle a encontrar un equilibrio adecuado para usted.
En psicología, el término autoestima se utiliza para describir el sentido subjetivo general de la valía personal de una persona. En otras palabras, la autoestima puede definirse como lo mucho que te aprecias y te gustas a ti mismo independientemente de las circunstancias. La autoestima está definida por muchos factores, entre ellos:
La autoestima tiende a ser más baja en la infancia y aumenta durante la adolescencia, así como en la edad adulta, alcanzando finalmente un nivel bastante estable y duradero. Esto hace que la autoestima sea similar a la estabilidad de los rasgos de personalidad a lo largo del tiempo.
La autoestima influye en el proceso de toma de decisiones, las relaciones, la salud emocional y el bienestar general. También influye en la motivación, ya que las personas con una visión sana y positiva de sí mismas comprenden su potencial y pueden sentirse inspiradas para asumir nuevos retos. Las personas con una autoestima sana:
Cómo mejorar la imagen de uno mismo
El autoconcepto es la imagen que tenemos de nosotros mismos. Esta imagen se desarrolla de varias maneras, incluso a través de nuestra interacción con personas importantes en nuestras vidas. Aprenda más sobre el autoconcepto, incluyendo si puede cambiarse y algunas teorías relacionadas con la autoidentidad y la autopercepción.
Nuestra autopercepción es importante porque afecta a nuestras motivaciones, actitudes y comportamientos. También influye en cómo nos sentimos respecto a la persona que creemos ser, incluyendo si somos competentes o si tenemos autoestima.
El autoconcepto tiende a ser más maleable cuando somos más jóvenes y aún pasamos por el proceso de autodescubrimiento y formación de la identidad. A medida que envejecemos y aprendemos quiénes somos y qué es importante para nosotros, estas autopercepciones se vuelven mucho más detalladas y organizadas.
El autoconcepto no siempre está alineado con la realidad. Cuando está alineado, se dice que el autoconcepto es congruente. Si hay un desajuste entre cómo se ve a sí mismo (su autoimagen) y quién desearía ser (su yo ideal), su autoconcepto es incongruente. Esta incongruencia puede afectar negativamente a la autoestima.