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Aristóteles cuatro causas
La pregunta “¿Qué es la causalidad?” puede parecer una pregunta trivial: es lo más seguro que puede ser el conocimiento común de que unas cosas causan otras, que hay causas y que éstas necesitan ciertos efectos. Decimos que sabemos que lo que causó la muerte del presidente fue el disparo de un asesino. Pero si nos preguntan por qué, seguramente responderemos que es porque lo segundo fue necesario para lo primero, lo cual es una respuesta que, tras un examen filosófico minucioso, carece de veracidad. De forma menos directa, el hecho de que la abuela del presidente diera a luz a su madre también fue necesario para su muerte. Sin embargo, eso no lo calificaríamos como la causa de esta muerte.
En la primera sección de este artículo se exponen las razones por las que debemos preocuparnos por la causalidad, incluidas las no filosóficas. Las secciones 2 y 3 definen el eje de la división en análisis ontológicos y semánticos, con las cuentas kantianas y escépticas como dos alternativas. También se expone el marco pesimista de Hume para pensar en la causalidad, ya que antes de preguntarnos qué es la causalidad, es vital considerar si podemos llegar a conocerla en absoluto.
Causa y efecto
Cuando se realiza un análisis SEO para un número elevado de factores, el mejor enfoque para identificar las correlaciones entre los diferentes factores es utilizar el algoritmo de correlación como Spearman, Kendall o Pearson. Esto nos permite entender si dos factores diferentes están cambiando al mismo tiempo en la misma dirección, y estimar el nivel de influencia que pueden tener entre sí.
Una relación entre “fenómenos o cosas o entre variables matemáticas o estadísticas que tienden a variar, asociarse o presentarse juntas de una manera que no se espera sólo por el azar”, según Merriam-Webster.
La correlación no sólo sirve para el contenido del sitio y el SEO, sino que también se puede utilizar para la estadística, la adquisición de pruebas científicas, el control de riesgos, la mejora de la tecnología, la industria de la salud y al realizar diversos estudios.
Como puede ver fácilmente, el clima más cálido provocó más ventas y esto significa que existe una correlación entre ambos. Sin embargo, no podemos decir que las ventas de helados causen el clima cálido (esto sería una causalidad).
La causalidad se vuelve loca
Si bien esta comprensión informal es suficiente en el uso cotidiano, el análisis filosófico de la causalidad o la causación ha resultado ser excesivamente difícil. El trabajo de los filósofos para entender la causalidad y la mejor manera de caracterizarla se extiende durante milenios. En la tradición filosófica occidental, el debate explícito se remonta al menos a Aristóteles, y el tema sigue siendo un elemento básico en las revistas de filosofía contemporáneas. Aunque la causa y el efecto se relacionan normalmente con los acontecimientos, otros candidatos son los procesos, las propiedades, las variables, los hechos y los estados de cosas; cuál de ellos constituye la relación causal correcta, y cuál es la mejor manera de caracterizar la naturaleza de la relación entre ellos, no tiene todavía una respuesta universalmente aceptada, y sigue siendo objeto de debate.
Sin embargo, según Sowa (2000), “la relatividad y la mecánica cuántica han obligado a los físicos a abandonar estos supuestos como declaraciones exactas de lo que ocurre en los niveles más fundamentales, pero siguen siendo válidos en el nivel de la experiencia humana”[2].
Velocidad de la causalidad
La causalidad es la conexión entre una causa y su resultado o consecuencia. A veces es difícil averiguar la causalidad de un dolor de estómago: puede deberse a algo que hayas comido o simplemente a un resultado del estrés.
La palabra “causalidad” aparece a menudo en los escritos académicos. Los investigadores médicos pueden hablar de la causalidad de varias enfermedades, y un sociólogo puede estudiar la causalidad de una infancia en la pobreza sobre los futuros problemas en la escuela. Este sustantivo procede del adjetivo causal, “que actúa como causa”, de una raíz latina, causa, o “causa”.