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Cataluña francia
El procedimiento del juicio terminó oficialmente el 12 de junio de 2019. El 14 de octubre de 2019 se hizo público el veredicto unánime de los siete jueces que juzgaron el caso. Nueve de los 12 acusados recibieron penas de prisión por los delitos de sedición; de ellos, cuatro también fueron declarados culpables de malversación de fondos públicos. Sus sentencias oscilaron entre 9 y 13 años. Los otros tres acusados fueron declarados culpables de desobediencia y fueron condenados a pagar una multa, pero no recibieron ninguna pena de prisión. El tribunal desestimó los cargos de rebelión.[1] Algunos de los acusados del juicio han expresado su intención de recurrir al Tribunal Constitucional de España y al Tribunal Europeo de Derechos Humanos.[2][3] El veredicto emitido por el Tribunal Supremo provocó múltiples protestas en toda la región.
Cataluña es una comunidad autónoma de España, con capital en Barcelona. Como Condado de Barcelona, se unió a la Corona de Aragón en el siglo XII. Toda la Corona de Aragón se unió a finales del siglo XV con la Corona de Castilla. Hoy en día, Cataluña forma parte de la España moderna. Los habitantes de la región son en su mayoría bilingües en español y en catalán, y tienen un patrimonio lingüístico, cultural e histórico distinto. A pesar de pertenecer a España, a lo largo de la historia de la región han existido movimientos separatistas en varios momentos del pasado.
Mapa de Cataluña
En la controvertida sentencia del Tribunal Supremo español contra los líderes secesionistas catalanes, siete acusados fueron declarados culpables del delito de sedición (entre otros) y condenados a penas de prisión que van de 9 a 13 años. Es probable que se interponga un recurso ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (en adelante, el Tribunal), pero es dudoso que tenga éxito.
Para los políticos y activistas catalanes que han sido castigados con duras penas de prisión, el quid de la cuestión, y por tanto de las posibilidades de éxito de un recurso ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, es si las sentencias están justificadas en cuanto a su injerencia en la libertad de reunión.
“(…) que el hecho de que un grupo de personas reclame la autonomía o incluso solicite la secesión de una parte del territorio del país -exigiendo así cambios constitucionales y territoriales fundamentales- no puede justificar automáticamente la prohibición de sus reuniones. Exigir cambios territoriales en discursos y manifestaciones no equivale automáticamente a una amenaza para la integridad territorial y la seguridad nacional del país. (…)”
Independencia de Cataluña 2021
ART. 134. Rebelión o insurrección. – Cómo se comete. – El delito de rebelión o insurrección se comete alzándose públicamente y tomando las armas contra el Gobierno con el propósito de sustraer de la lealtad a dicho Gobierno o a sus leyes, el territorio de la República de Filipinas o cualquier parte del mismo, de cualquier cuerpo de fuerzas armadas terrestres, navales o de otro tipo, o de privar al Jefe del Ejecutivo o a la Legislatura, total o parcialmente, de cualquiera de sus poderes o prerrogativas.
ART. 134-A. Golpe de Estado – Cómo se comete. – El delito de golpe de Estado es un ataque rápido, acompañado de violencia, intimidación, amenaza, estrategia o sigilo, dirigido contra las autoridades debidamente constituidas de la República de Filipinas, o contra cualquier campamento o instalación militar, redes de comunicaciones, servicios públicos o instalaciones necesarias para el ejercicio y la posesión continuada del poder, llevado a cabo de forma individual o simultánea en cualquier lugar de Filipinas por cualquier persona o personas, que pertenezcan al ejército o a la policía o que ocupen cualquier cargo o empleo público, con o sin el apoyo o la participación de civiles, con el fin de tomar o disminuir el poder del Estado.
España conflicto de Cataluña
8 de agosto de 2021: Banderas catalanas independentistas cuelgan de un balcón. Desde que estalló el desacuerdo entre los gobiernos español y catalán, muchas de las dos banderas han aparecido en las fachadas de los edificios. (Fotografías de Ricard González)
Pintados en postes de luz y paredes, o pegados en las solapas de las chaquetas o incluso en las máscaras, los lazos amarillos eran omnipresentes en toda la región del noreste de España, Cataluña, en los últimos años. Sirvieron como símbolo de solidaridad con nueve líderes independentistas de esta comunidad autónoma que fueron encarcelados a finales de 2017 como consecuencia del fallido intento de secesión de Cataluña de España.
Liberados en junio de este año tras el indulto del Gobierno español, los siete hombres y las dos mujeres habían sido considerados los últimos “presos políticos” de Europa occidental por el movimiento independentista. El indulto pretendía calmar las tensiones de la sociedad, pero el conflicto está lejos de terminar.
Varios cargos catalanes partieron al exilio, entre ellos el ex presidente Carles Puigdemont, mientras que otros, como su diputado, Oriol Junqueras, decidieron quedarse. En total, siete diputados y dos activistas fueron declarados culpables de sedición y, en 2019, recibieron duras condenas de entre 9 y 13 años de prisión.