¿Cómo es la responsabilidad penal de empresa?

Weissman: Responsabilidad penal de las empresas

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Responsabilidad jurídica de las empresas

La norma general para atribuir responsabilidad a las empresas en el derecho penal inglés y galés es el “principio de identificación”. Éste establece que, cuando se requiere un estado mental concreto, sólo se pueden atribuir a la empresa los actos de una persona de alto nivel que represente la “mente y voluntad de control” de la empresa. En la práctica, esto se limita a un pequeño número de directores y altos cargos.

Existen algunas excepciones a este principio, como los “delitos reglamentarios” y los delitos de responsabilidad objetiva, en los que no se requiere un estado mental determinado (aunque en este último caso, sigue planteándose la cuestión de quién debe responder de los actos de la empresa). Además, el Parlamento ha creado algunos delitos específicos que tratan de evitar los problemas asociados al principio de identificación penalizando la “omisión de prevención” de otros delitos, como el soborno o la evasión fiscal. El delito de homicidio de empresa se introdujo en 2007 para proporcionar una base más amplia sobre la que atribuir la responsabilidad penal a una empresa por las muertes resultantes de la negligencia.

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Parker: Responsabilidad penal de las empresas

La nueva Ley de Sanción de Entidades establecerá normas sobre la sanción de empresas por delitos cometidos en violación de los deberes que incumben a la entidad, o cuando la entidad se haya enriquecido o vaya a enriquecerse (“delito penal de empresa”). Dichos delitos no se limitan únicamente a los delitos de cuello blanco. La propuesta de ley contiene las siguientes disposiciones centrales:

El proyecto no prevé ninguna norma vinculante sobre las investigaciones internas. En su lugar, este tema se trata en forma de “sistema de incentivos”. En este sentido, la sección que trata de la evaluación de las sanciones establece normas sobre las “investigaciones internas de las entidades”, que pueden ser llevadas a cabo por la propia entidad o por un tercero encargado a tal efecto por la entidad. Las normas sustantivas sobre cómo debe llevarse a cabo la investigación interna se establecen como un factor atenuante opcional: si la entidad ha llevado a cabo una investigación interna y ha cumplido ciertas condiciones, el tribunal puede reducir la sanción de la entidad. En este caso, el proyecto prevé una reducción del importe máximo de la sanción al 50% (desplazamiento del rango de la sanción). Además, en este caso, se excluyen las posibles sanciones de disolución de la entidad corporativa y de anuncio público de la decisión sancionadora. Por último, la sanción sólo puede imponerse mediante una orden de multa (judicial); esto significa que no se celebrará una audiencia pública. Para que el tribunal pueda reducir la sanción, deben cumplirse las siguientes condiciones:

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Webinar sobre delitos de empresa – Preparación de la defensa

El Gobierno del Reino Unido ha pedido a la Comisión Jurídica que revise la ley sobre la responsabilidad penal de las empresas y proponga opciones de reforma. Los partidarios de la reforma utilizarán los recientes fracasos de la Oficina de Fraudes Graves del Reino Unido en la persecución de grandes empresas y altos cargos como prueba de la necesidad de la reforma. El documento de debate de la Comisión de Derecho revela un ligero cambio de tono desde la última vez que examinó este ámbito jurídico (en 2010), cuando concluyó que no era necesaria ninguna reforma.

Actualmente, la norma general para atribuir responsabilidad penal a una empresa es el “principio de identificación”. Esto requiere que cuando un estado mental es un elemento de un delito (como la deshonestidad), sólo el estado mental de aquellos que representan la “mente y voluntad directivas” de una empresa puede ser atribuido a la empresa. Puede tratarse de una persona, un grupo de personas o el consejo de administración, en función de la autoridad conferida por la empresa para el desempeño de la función en cuestión.

A menudo es más fácil que esta prueba se cumpla en las empresas pequeñas, que en las grandes, porque en las pequeñas es más fácil atribuir la mente y la voluntad de dirección a los altos cargos.    Por el contrario, las estructuras de gobierno corporativo de las grandes instituciones pueden significar a menudo que la autonomía requerida para ser considerada como la “mente y voluntad directivas” de una determinada transacción o serie de eventos no es individual; la autoridad es a menudo retenida por el consejo o delegada a un grupo de individuos en un comité.